miércoles, 4 de abril de 2012

Tomás Calvo


Síntesis La paideía griega

 
Tomás Calvo en el texto de la paideía Griega explica y responde varias preguntas como era la educación para los griegos y a la vez complementando con lo que pensaba aristoteles. Él ve la educación como un asunto de enorme trascendencia que afecta, en primer lugar, a los individuos, y que les afectaba desde que nacían (según Aristóteles les afecta desde antes de su nacimiento) hasta que se incorporan plenamente a la vida ciudadana. (Aristóteles distingue tres ciclos educativos). Pero la cuestión de la educación no afecta solamente a los individuos: afecta a las familias y afecta, sobre todo, al estado. Aristóteles creía que  la educación no es otra cosa que la formación integral del individuo humano en el seno de una comunidad política. También considera que la educación constituye una cuestión fundamental, tanto desde el punto de vista ético como desde el punto de vista político. La primera gran lección de Aristóteles: hay que educar, no para la renuncia o para el sacrificio, sino para que el individuo pueda ser feliz, por tanto educar para la vida es educar para la felicidad.


Resumen La paideía griega

¿Por qué y cómo educar? Paideía y política en Aristóteles

La palabra griega paideia, a veces se traduce a nuestra lengua como cultura, y a veces se traduce como educación. Lo cual aquellos usos de la palabra paideía se encuentran a lo largo de la obra aristotélica.Por lo tanto en el sentido amplio y radical, la educación es un propósito de enorme perspicacia que afecta, en primer lugar, a los individuos, y les afecta desde que nacen (más aún, según Aristóteles les afecta desde antes de su nacimiento) hasta que se incorporan plenamente a la vida ciudadana. Pero el asunto de la educación no afecta solamente a los individuos: afecta a las familias y afecta, sobre todo, al estado.

Aristóteles consideraba la educación como una cuestión fundamental, tanto desde el punto de vista ético como desde el punto de vista político, y a la educación le dedica muchas páginas y mucha reflexión, en la Ética a Nicómaco y, muy especialmente, en la Política. Y ha de reconocerse que Aristóteles en este punto es un claro heredero de la filosofía de Platón. Platón fue, sin duda, el filósofo griego que más importancia concedió a la educación, tanto desde el punto de vista del individuo como desde el punto de vista del estado.

De tal manera Tomas Calvo considera que la contribución de Aristóteles consiste en el modo en que fundamenta y orienta su proyecto educativo. Como también cree que en este punto el diálogo con Aristóteles continúa teniendo una gran vigencia y una notable actualidad para nosotros. Y se centro en cuatro aspectos que considero fundamentales, y en las cuales se despliegan las dos preguntas que figuran en el título de Tomás Calvo : ¿Para qué se ha de educar? ¿Por qué se ha de educar? ¿Cómo se ha de educar? ¿A quién corresponde educar?

¿Para qué se ha de educar?la respuesta más simple, y también la más genuinamente aristotélica a la pregunta sería sencillamente: se ha de educar para la vida. Educar es enseñar a vivir, entonces debemos decir, que educar para la vida es educar para la felicidad. Hay que educar, no para la renuncia o para el sacrificio, sino para que el individuo pueda ser feliz. Pero no cualquier forma de vida, no la vida de un delincuente, o de un marginado social, o de un ignorante, sino una vida digna de un ser humano.Todo individuo aspira a la felicidad y todo el mundo estará de acuerdo con ella pero el desacuerdo surgirá cuando procedamos a concretar en qué consiste la felicidad. Y así Aristóteles es consciente de esta dificultad y de hecho recorre y comenta los distintos bienes en que unos y otros cifran y han cifrado la felicidad: el placer, las riquezas, el poder y el reconocimiento social, la virtud, el saber.


Cuando Aristóteles y los griegos, hablaban de felicidad entendían que la felicidad es algo serio, y por eso hay que educar para ella; entendían que la felicidad se refiere a la totalidad de la vida: tiene que ver, no con situaciones ocasionales, sino con el modo de vida que uno lleva, no con acontecimientos puntuales, sino con la vida entera: y señala recordando a Solón, sólo después ya de que uno se ha muerto es posible juzgar si su vida ha sido realmente feliz. Así se puede contestar según Aristóteles que la actividad o la función propia del ser humano es vivir, lo característico es la inteligencia, la razón, y por tanto, la forma de vivir específicamente humana consistirá en vivir racionalmente.

Tanto en la Ética a Nicómaco como en la Política, al referirse expresivamente a los objetivos de la educación, Aristóteles distingue dos partes en la naturaleza humana, en tanto que es una naturaleza racional. Hay en el ser humano una parte racional, la razón o entendimiento, cuya función es el conocimiento, y hay además una parte irracional, aquella que corresponde a las pasiones y a los apetitos. La finalidad última de la educación es preparar a los individuos de modo que les sea posible llevar una vida digna y satisfactoria.

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