martes, 22 de mayo de 2012

Friedrich Nietzsche


Síntesis  de Schopenhauer como educador  

En el texto Schopenhauer como educador de Nietzsche relata, que una de las características comunes de los hombres es la inclinación a la pereza y que algunas personas podrían pensar o creer que son temerosos y que se esconden en las costumbres y opiniones de los demás. Debemos hacer nuestro propio camino pero ir arriesgándonos  y preguntarnos hacia donde esta nuestro camino y a que estamos destinados a ser, a diferenciar el amor a quedar bien con los demás, siempre ponernos en duda hasta el último momento y de esta manera conocerse así mismo.


Resumen de Schopenhauer como educador 

 
Un viajero, el cual ha tenido la oportunidad de conocer muchos lugares y que por ende se ha topado con una gran diversidad de personas, plantea que la característica común a todos los seres humanos es la inclinación a la pereza, quizás podría atribuirse cierto temor, pues se esconden en las costumbres y opiniones comunes, pero ¿Qué es eso que nos obliga a seguir costumbres y comportarnos según la opinión de los demás anulando nuestra propia singularidad? Siendo incapaces de sentirnos plenos con nuestra peculiaridad. En una minoría puede ser el pudor, pero en la gran mayoría se trata de una comodidad, de una inclinación natural hacia la flojera, ciertamente los hombres son seres mucho más holgazanes que cobardes. Cuando al hombre al fin se decida a pensar, se encontrará despreciando a la raza humana, puesto que la pereza es su elemento distintivo. El hombre que desee destacarse, marcar una diferencia, necesariamente deberá dejar de estar cómodo en su condición y seguir su propia conciencia que le grita: ¡Sé tú mismo! Tú no eres eso que ahora haces, piensas o deseas. Todas las almas juveniles hemos sentido aquel grito que anhela despertarnos para la felicidad, no obstante nunca podremos sentir la plenitud y la excelencia que implica la felicidad, mientras vivamos bajo la tutela de otros y de la opinión común, presos y no libres. Un hombre que no es espontáneo ni genuino en su forma de vivir, no podrá vislumbrar la libertad. Que decepción será para las generaciones futuras darse cuenta que su herencia no eran hombres vivos, sino hombres que seguían patrones determinados por la opinión común, seres que nunca se liberaron para vivir. Dichosos lo hombres que no se creen parte de esta época, más desean el despertar para comenzar a vivir. 

El alma desea sentirse en un estado permanente de libertad, pero eso no será posible, mientras estemos basándonos constantemente en lo que se nos ha enseñado, ya sea que hemos aprendido una cultura, un estilo de vida, una religión y todo aquellos que somos hoy, está condicionado por un patrón anterior, entonces nuestra alma se dice a sí misma nada de lo que eres hoy, eres esencialmente tú, es cierto que existen muchos caminos ya hechos que implican una gran comodidad, es decir, caminos para seguir, pero es precisamente saliendo de aquellas pereza, cuando decidamos seguir ese propio camino, que no sabemos hacia donde nos llevará, podremos gozar de la libertad de la opinión común y de la carga de un sendero ya construido por las generaciones anteriores. ¿Pero cómo es la forma en la que llegaremos a conocernos realmente? ¿Cómo seremos cuando quedemos totalmente expuestos a nuestra esencia? Quizás la manera sea preguntarnos a nosotros mismos e indagar en nuestro interior para descubrir todas aquellas cosas que han captado nuestra atención, cuales son las cosas que te han invadido de felicidad, cada cosa revelará una parte de ti, y la suma de todo aquellos es la esencia de tu verdadero ser. Son nuestros verdaderos educadores y formadores quienes nos  revelan cuál es el auténtico sentido originario y la materia fundamental de tu ser, algo que en modo alguno puede ser educado ni formado y, en cualquier caso, difícilmente accesible, capturable, paralizable; por eso Nietzsche recalca  tus educadores no pueden ser otra cosa que tus liberadores.   

Además Nietzsche en el texto nos habla de la educación y hace mención de los filósofos además de los griegos que bien sabían sobre las dos anteriores acotando lo siguiente: Yo estimo tanto más a un filósofo cuanto más posibilidades tiene de dar ejemplo. No me cabe duda de que con el ejemplo puede atraer hacia sí pueblos enteros; la historia de la India, que prácticamente es la historia de la filosofía india, lo demuestra. Pero el ejemplo tiene que venir por el camino de la vida tangible, y no simplemente por el de los libros, esto es, justo como enseñaban los filósofos griegos, con su fisonomía, su actitud, su atuendo, su alimentación, con sus costumbres antes que con sus palabras o con sus escritos, es por esto que la educación debiese ser vista como un sinónimo de liberación y es en este punto donde hace mención a Arthur Schopenhauer, ya que señala que es necesario recordar a nuestros propios educadores para salir del aturdimiento y lo señala a él como un ejemplo humano. 
Nietzsche aclara que es necesario despojarse de las apariencias para no estar envueltos en malentendidos y salir de nuestra caverna y es así como vivió peligrosamente Schopenhauer, durante el texto se alaba a Schopenhauer y se critica a Kant. 

Cada hombre porta en su interior, como núcleo de su ser, una unicidad productiva; y, si llega a hacerse consciente de esta unicidad, se difunde a su alrededor un extraño resplandor, el resplandor de lo extraordinario. Esto es para la mayoría algo insoportable, porque somos perezosos en cambio el filósofo y  su sentimiento de pensador no se confunde, como en nosotros, en el dilema entre el deseo de libertad, la belleza, la grandeza de la vida, y el impulso hacia la verdad, que no pregunta sino: ¿Cuál es, en definitiva, el valor de la existencia? Por esto y todo lo anterior Nietzsche señala que el estado tiene miedo de la filosofía pero sin embargo es mejor y  más importante que surja un filósofo sobre la tierra que la subsistencia de un Estado o una universidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario